domingo, 24 de mayo de 2015

La oportunidad diaria


Todos los días, Dios nos da la oportunidad de cambiar todo aquello que nos hace infelices, de tomar otro camino, de levantarnos y continuar caminando, no corriendo, porque podemos tropezar, porque podemos dejar pasar hermosas ocasiones. 


Por querer ir rápido y conseguir nuestros grandes anhelos, podemos tomar decisiones apresuradas, que sin pensarlas las elegimos por pura emoción del momento.

Mejor aun es vivir cada día como si fuera el último, amar en cada instante, buscar lo mejor para la otra persona siempre, esforzarnos desde ahora para alcanzar un futuro lleno de alegrías, con luchas sí, con problemas sí, con dificultades sí, pero felices de tener los instrumentos para poder afrontarlos y, especialmente, la convicción de que estamos amando. 

Esas herramientas no son más que nosotros mismos, pues todo lo que seamos ahora nos hará ser el de mañana; todas las virtudes que nos esforcemos por tener hoy, las tendremos ya mañana o quizá no, pero sabremos estar en la lucha del día a día, porque ya habremos entrenado. Y si nos caemos, si nos equivocamos y tropezamos, pues no es el final. 

Nuestros errores nos enseñan cuando estamos dispuestos a aprender. No nos determinan. 

Antes que todo, debemos de reconocer que no somos perfectos y que todo error tendrá algo que enseñarnos, nos servirá y será una experiencia más para poder ayudar a otros a no caer en lo mismo. Si así lo queremos, de pronto, empezaremos a ayudar a muchos, pero lo importante es no encariñarse con esa pierda y entender que los errores repetidos tienen una única finalidad, que es enseñarte lo que no has querido aprender. 

Si te has quedado en tu caída, si sigues ahí en el suelo, ya es hora de que te des una nueva oportunidad, pidas perdón y te perdones a ti mismo/a. Si te quedas con esa vergüenza, pena, tristeza, remordimiento o culpa, solo terminarás destruyéndote. Es difícil, sí! pero si escuchamos en nuestro interior, muy dentro de nosotros, podemos encontrar una llamita de esperanza, que sabe muy bien que podemos salir adelante, que podemos continuar, que podemos ser mejores, que merecemos ser felices, y no solo eso, sino también ser amados de verdad. 

Aunque todo esto parezcan simples palabras de aliento, es la verdad, es real.. No son cursilerías ni mucho menos anhelos inalcanzables, sino de algo real, de la verdad, una verdad que tenemos que tener presente y atesorar en nuestra mente siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario