domingo, 24 de mayo de 2015

Futura Familia, pensada, anhelada, esperada


Si tan solo nos pondríamos a pensar en nuestro futuro, en nuestra anhelada familia, en nuestro esperado hogar, esperado esposo o esposa, tal vez, tomaríamos otros caminos, otras decisiones, haríamos grandes cambios en nuestras vidas. Mucho más, al darnos cuenta que todo, todo, absolutamente todo lo que hagamos hoy tendrá repercusiones en nuestro mañana, tendrá consecuencias, así como podrá traernos grandes frutos, también podría ocasionarnos daños. 

¿Por qué no, entonces, empezar a pensar en todo aquello que queremos para nuestras vidas y empezar a luchar por alcanzarlo, cueste lo que cueste? 

Si verdaderamente nos amamos, buscaremos lo mejor para nosotros, no nos conformaremos con poco, sino que nos esforzaremos y renunciaremos a todo lo que sea necesario para ser realmente felices. 

Después de todo, lo que viene fácil, fácil se va. Lo que no nos cuesta no tiene valor, porque todo lo que es valioso cuesta y, no solo alcanzarlo, sino también mantenerlo con nosotros. Entonces, ¿qué mejor que empezar desde ahora a fortalecer nuestras virtudes y a trabajar en nuestros defectos para, algún día, poder dar de nosotros lo mejor; qué mejor que aprender a ser fieles a nuestros compromisos y a esperar con paciencia desde ya? 

No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy, más aun si eso que tenemos que hacer, que cambiar, que empezar, nos ayudará a amar de verdad, no solo por unos días, sino por siempre y para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario